martes, 10 de mayo de 2011

XIV - Fantasía y realidad


Cuantas veces he soñado
que alegre te sonreías
por que estabas a mi lado.
Que en mis brazos te tenía
y mirándome en tus ojos
que te amaba te decía.
Que con fuerza te estrechaba
y sentía tu corazon
que junto al mío palpitaba.
Y otras veces que ya loca
y traspasada de amor
florecía un beso en tu boca.
Que por los campos corrían
nuestros cuerpos inocentes
y que las rosas se abrían.
Que siendo dintintos seres
nuestras almas se fundían
en una sola. Porque eres
lo que yo más quiero
pues me fascinan tus ojos
que brillan como un lucero.
Ayer tuve un sueño hermoso
junto a tu lado pisaba
un jardín maravilloso
lleno de árboles y flores
con jazmines y jacintos
de delicados colores,
rosas blancas y amarillas
alelíes, tulipanes
y rientes fuentecillas.
Y entre el color de las flores
y la hierba se mezclaban
los trinos de ruiseñores.
Y perfumaba el aliento
la fragancia de las flores
que se deshacía en el viento.
También las cerezas
coloradas como sangre
rozando nuevas ramas.
Que una de ellas la cojiste
y acercándote hasta mí
en tu boca la ofreciste.
La fruta se confundía
con el carmín de tus labios
y en tus labios se mecía.
¡Que yo mi boca acerqué
y dejándote  la fruta 
beso ardiente te robé! 
Dulce sonrisa tu cara
ruborosa iluminó;
¡ay que belleza mas rara!
Los pajaros se posaban
en las ramas junto a tí
y al vernos reir cantaban.
Aquel sueño se borró;
pero aunque sólo fue un sueño
¡cuánta impresión me causó!
Hoy no es cariño,es pasión
aquel fuego que en mí ardía,
y me abrasa el corazón


Bercimuelle, Enero de 1941