martes, 25 de septiembre de 2012

XLIV - Sólo por tí


¡Quiero escribir! A ti voy,
y a ti, no se va durmiendo;
se va en el papel diciendo
lo que el alma siente hoy;
sé que muy pequeño soy
más quiero darme a los dos.
Quiero dejar de mí en pos
algo de este alma sencilla
que ante tus ojos se humilla
y a través de tí, ve a Dios.
1 de Agosto de 1944

martes, 18 de septiembre de 2012

XLIII - Despedida


Tu amor fue para mí un día
el objeto venerado;
el tesoro más preciado
que un hombre puede anhelar.
Te amé con tanta ternura
que tu amor me arrancó llanto
y te quise tanto y tanto
como nadie te querrá.
En el fondo de mi pecho
mi ilusión levantó un trono
a tu amor, y tu abandono
por tierra lo hizo rodar.
Más, todo se fue en el tiempo
sin dejar apenas huellas,
ahora ya, que las estrellas
no nos vuelvan a engañar.
Yo en mi ilusión me creí
que eran uno, nuestros sinos,
y hoy se apartan los caminos
para no juntarse más.
Sigue el tuyo con valor,
que yo seguiré mi senda
libre ya de aquella venda
que ya no me cegará.
Y si en tu triste camino
encuentras a la Amargura
no aumentes tu desventura
queriendo volver atrás.
Hay que seguir y seguir
aunque pesen los abrojos:
no son de rosas manojos
lo que se vió al empezar.
Hay que seguir y seguir
siempre adelante, adelante
sin detenerse un instante
hasta llegar al final.
Que es el final, la ventura
que nos ofrece el amor
sutil aroma de flor
que el alma adormecerá.
Y si sé que feliz vives
en medio de dulce calma
yo sentiré que mi alma
también feliz vivirá.
Más, si en vez de ser dichosa
vives azar descontenta,
entonces escucha atenta:
¡quizá me sientas llorar!
Adiós, pues, y no te olvides
que Amor da la despedida;
¡ya nunca más en la vida
mi amor te volverá a hablar!
12 de Julio de 1944

martes, 11 de septiembre de 2012

XLII - El canto de la alondra

Háse el viento dormido en los rosales
con pasión amorosa
como duerme la rubia enamorada
reclinada en el pecho del que adora,
arrullada en sus sueños de ventura
por los besos que estallan en su boca
y el reir placentero de una fuente
y el cantar de una alondra.
La mirada se pierde vagamente,
extasiada, en la noche silenciosa
y al calor del recuerdo de Madrid
siento que el alma dulcemente goza.
Y mirando la luna nacarada
que como una princesa reina sola
eclipsando la luz de las estrellas
que se duermen celosas;
escuchando el murmullo del regato,
y sintiendo el susurro de la fronda,
y el reir de las fuentes cristalinas
y los mágicos trinos de la alondra,
y aspirando el perfume de los lirios
los nardos y las rosas,
un suspiro se quiebra en el alcázar
silente de las sombras,
mientras la mente acalorada sueña…
y en el fondo del ser, el alma llora
evocando a Madrid, mi dulce sueño,
que se quiere borrar de mi memoría
cual se borra la estrella en la mañana
al salir de la aurora.
Y al mirar que se pierde ya el recuerdo
de mi amado Madrid, entre las sombras,
y el pasado feliz, todo ventura,
siento que estoy con mi nostalgia a solas
como el barco en el mar, lejos del puerto,
-¡lejos yo de Madrid!– entre las olas.
Es el puerto, Madrid, donde yo aspiro
a volver a cantar como una alondra
cuando el sol se marchaba por las tardes
y llegaba la noche silenciosa.
Era yo cual la alondra mañanera
que canta con la aurora
porque viene con ella un sol radiante
que besará la fronda
y pondrá sus reflejos en las plumas
que hizo tibias la noche misteriosa.
Yo cantaba en Madrid, como ella canta
¡enamorada y loca!
esperando al galán que en mi ventana
me dijera palabras amorosas
y me hiciera soñar hablando quedo
y acercara sus labios a mi boca.
¡Ay, Madrid! Ya no sé si tú te fuiste
o fui yo, quien se vino de tu sombra;
sólo puedo decirte en mi añoranza,
que ya no canto con el alma toda;
solo sueño y suspiro, en tí pensando,
y no sé si la alondra
por las noches, ha vuelto a despertar
a la noche callada y misteriosa.
9 de Mayo de 1944

martes, 4 de septiembre de 2012

XLI


¡Qué caprichoso es mi sino!
En una tarde serena
encontréme una azucena
en medio de mi camino.
¿Fué dichoso mi destino
encontrando aquella flor?
No lo sé; pero en su olor
sentíme tan embriagado
que después de ya pasado
siento que es mucho mejor
- por que me habla de amor –
el tiempo que se ha marchado.
15 de Agosto de 1944