lunes, 15 de agosto de 2011

IV

Vivo se presenta el recuerdo triste
de aquella mañana.
Pálida la luna, sin luz en el cielo,
ya se retiraba
a dormir su sueño sobre el ancho Atlante
de agua sosegada,
y alumbraba el astro del día, con sus rayos,
del bosque las claras.
Y los pajarillos de pintadas plumas,
lo mismo que un arpa,
lanzaban al viento dulces melodías
desde la enramada,
llegaban al alma como una caricia
de amor embargada.
Era el mes de mayo y se abrían las flores
junto a las ventanas.
Estaba con ella junto al arroyuelo
de corriente mansa
y a nuestras canciones de amor y de dicha
nos acompañaba
con triste armonía como lira rota
con llanto de plata
y al marcharse lento sus aguas decían
que me traicionaba .
Yo creí sus celos y sus negros ojos
espejo de alma
que era también negra , como horrible noche
de truenos y agua.
Lo mismo que el vértigo pasaron los días
del tiempo en las alas.
Llegóse el otoño y las golondrinas
que ya se marchaban
llevaron mi dicha, llevaron mi amor,
prendido en sus alas
pues se fue con ellas la linda figura
que yo idolatraba.
Se fue para siempre .Ya no he de volver
en las noches claras,
a estar junto a ella y hablarla al oído
junto a su ventana .
Ella no me dijo en la despedida
lo que meditaba
y yo muchos días aunque vanamente
esperé su carta
y por fin un día, ya si esperarlo,
la carta llegaba.
Fué como un acero, que en hórrida noche
hiere por la espalda,
como un asesino .¡Ay mi corazón
cual se desangraba!
En aquel momento llorar yo quería
pero no hubo lágrimas.
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Hoy que lo recuerdo con tanta agonía
en esta mañana
lágrimas ardientes profundos suspiros
brotan de mi alma .
Gotas de rocío sostiene la hierba
y la tierra empapan;
el sol las calienta y al evaporarse
los pájaros cantan.
Y por mis mejillas las lágrimas ruedan
y el sol que las baña
igual que el rocío que tiene la hierba
las reduce a nada.
Se van con el viento, como secas hojas
que el otoño arranca
de las arboledas .Como los amores
que llegan y pasan.
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Quise recordarla y cerré los ojos
viéndola tan cándida
que por las pestañas no pasaba luz
y pasaron lágrimas .
Y brotó del pecho un largo suspiro
que salía del alma
y al quedar flotando en el éter vago
terminó en plegaria.
Bercimuelle, 31 Enero 1942