viernes, 24 de febrero de 2012

XXVI

Amor sin esperanza
de ser correspondido,
amor que sufre y calla
queriendo que el olvido
como bálsamo cure
el corazon herido.
Así es el que yo siento
por una niña hermosa
como un día de sol,
su cara es una rosa
y a su lado la flor
marchítase celosa.
Es tan angelical,
tan simpática y bella…
Pero es tan imposible
llegar donde está ella,
como subir al cielo
y coger una estrella
25 Enero 1944

miércoles, 15 de febrero de 2012

XXV - Sobre las tumbas (A mi madre)


Una tarde de sol, fría de Diciembre
me vine al cementerio,
separándome un poco de los vivos
y juntándome un poco con los muertos;
escapando al bullicio de la vida
por gozar un instante del silencio
que flotando en el aire del recinto
lo reposan callados los espectros,
hace que el alma, de la tierra huya
remontándose al cielo.
Pienso en mi madre, que en su tumba fría
durmiendo está en silencio
olvidada de todo lo pasado
ateridos sus huesos.
Y quise hablar con ella, que lo mismo
que se sabe una cosa que no vemos
y entendemos lenguaje imperceptible,
lo mismo puede hablarse con los muertos.
- Retira con tus manos, madre mía
el helado sudario, que tus huesos
envuelve, desde el día que te vimos
subir al cementerio,
entre llantos de gentes doloridas
con rumor de plegarias y de rezos.
Retírale, que estoy aquí yo solo
de vivos, entre los muertos,
que a mí ya no me espanta este recinto
de carcomidas cruces tan relleno
lo llevais ya los días y los años
silenciosos durmiendo.
Desde que te marchaste
aprendí madre mía, a no tener miedo,
Por eso no me espantan,
ni me llenan de horror los cementerios,
ni me causa pavor estar tan solo
velando vuestro sueño,
que parezco una sombra más, llegada
de la corte glacial de los espectros.
Abandona un instante tu sepulcro,
tu funerario lecho
y mírame, que solo de los vivos
estoy entre los muertos.
Y muéstrate a mis ojos
dejando ya tu sueño,
que parece que aún te estoy mirando
cuando me iba a la escuela tan contento
porque tú me peinabas
y ondulabas amante mi cabello
y besando mi frente me decías
que fuera niño bueno,
que estudiara aplicado y silencioso
respetando las canas del maestro.
¡Estoy aquí en tu tumba ,madre mía:
quiero ver otra vez tus ojos negros
y abrasarme en su brillo idolatrado
y sentir la caricia de sus besos
que ponían en mi alma la alegria
y el reposo ,de todo lo pequeño!
Si pudieras hablar, preguntarías,
qué fue de los abuelos,
qué fuede los hermanos,
qué, del hogar deshecho,
qué, del hombre adorado que dejaste
zozobrando en el mar de los tormentos.
Pero nada respondes: estoy solo
en medio del silencio.
No haces caso de mí, que estoy llorando
y por consuelo rezo.
Yo que solo por verte, te daría
¡aquello que poseo!
aquello que me diste
en tus sabios consejos.
¿Sabes, madre, cual es? Escucha atenta,
que aunque no es un delito, yo no quiero
que nos oigan los otros que en sus tumbas
durmiendo estan su sueño.
Es la luz que en la escuela recibía
de labios del maestro
y lección tras lección se fue formando
en mi frente sombría por el desvelo
hasta ser un tesoro inapreciable
que cada día lo aumento
y me llena de orgullo y de ventura
cuando despierto sueño.
Es el alma sencilla que me diste
y que llevo en el fondo de mi pecho
que me ayuda a seguir mi sacrificio
y me sirve de freno en mis deseos.
Yo que pasé la infancia,
desventurado y huérfano
sin tu cariño, solo,
como el barco en el mar, lejos del puerto
si por locos azares del destino,
me alejo de mi pueblo,
sentiré que en él queda sepultado
un mar inagotable de recuerdos.
¿Quién entonces, tu tumba idolatradra,
habré de visitar, pisando quedo
para no despertar tu sueño augusto?
¿Quién un poco de amor traerá a tus huesos?
Quizá no venga nadie, madre mía,
a rezar en tu cruz un padrenuestro.
Nadie. Solo al volver la primavera
como reina, traerá lindo cortejo
de verdor y de flores diferentes,
regatos cristalinos, claro cielo.
Días brillantes de sol, noches de luna,
- noches claras de ensueño -
que nos llenan de gozo y de nostalgias
viendo, en alas del tiempo,
que la infancia se aparta de nosotros
quedándose muy lejos,
donde apenas la vemos entre tinieblas
que váse diluyendo.
Volverá a sonreir la primavera
y vendrán ruiseñores y jilgueros
con sus alas pintadas de colores
a traer en armónicos gorjeos
melancólicas notas de la lira
que tu hijo, te enviará desde muy lejos,
y al chocar con el aire del recinto
sagrado de los muertos,
sentirás convertida la armonia
en fervoroso y dulce padrenuestro.
Bercimuelle 27 Diciembre 1943
La fotografía que muestro es la única existente de Zoila, la madre de mi abuelo, que murió dando a luz siendo mi abuelo un niño. Él era el mayor. Poco después de morir Zoila y el bebé que paría, murió también el más pequeño de los hermanos.