viernes, 30 de diciembre de 2011

XXI - Mi primer amor

Igual que las hojas secas
que arrebata el aquilón,
de la amarilla arboleda
y las lleva sabe Dios,
alfombrando los caminos
que ya el hielo endureció
y la nieve ribetea
con purísimo blancor,
así el destino llevóme
en sus brazos, sabe Dios.
Era en mi niñez sombría.
-Mi infancia no tuvo sol,
sólo cardos, sólo espinas
que herían mi corazón-
Espinas que se elevaban
con oropel de ilusión
y que al querer arrancarlas
me producían dolor.
¿Pero entre tantas espinas
no había de haber una flor?
En mi corazón de niño
pronto una rosa nació;
rosa de amores, que luego
sin rocío, se marchitó.
Era un pueblo campesino
bello como una canción,
con vergeles y alamedas
de esmeraldino verdor,
que Abril y Mayo vistieron
con magnífico esplendor.
Allí por primera vez
vi su cara de arrebol.
¿Era mujer o era un ángel?
Un ángel me parecio
porque prendido en su nombre
se quedó mi corazón.
¡Qué hermosa me parecía
en su niñez!¡Qué candor!
Su cara morena y dulce
y sus ojos como el sol
iluminaron mi alma
oscura como el carbón.
Jugaba, sin darse cuenta
de que la miraba yo,
de que mis ojos en ella
clavaba con ilusión,
de que una flecha en mi pecho
iba clavando el amor,
de que iba tejiendo lenta
con su finísima voz
con su risa cristalina
y su abrileño candor
una corona de espinas
que me había de llevar yo.
Su madre vino a buscarla
y su juego interrumpió.
Y cuando se fué con ella
una nube nubló el sol
y en el fondo de mi alma
siendo día, noche quedó.
Como nosotros, Cupido,
era niño y sin pasión,
siendo ciego, con sus dardos,
quizá sin querer me hirió.

Después ya no he vuelto a verla.
El tiempo cicatrizó
con su bálsamo la herida
que Cupido, con su arpón
en lo más hondo del alma
ciego y sin querer clavó.
Bercimuelle 15 de Diciembre 1943


miércoles, 14 de diciembre de 2011

XX

¿Ves esa luna, que ascendiendo lenta
por la infinita soledad del cielo claro,
de mi amada, velando el dulce sueño,
viene a traerme beso plateado?
Pues ella es la que antaño a su ventana
alumbró con su luz nuestros amores,
en la ronda escuchó nuestros cantares
y hoy de lejos me trae sus ilusiones
Bercimuelle 14 de Diciembre 1943


jueves, 8 de diciembre de 2011

XIX - Amor

Amor dice esa luna, que flota en el espacio, bañándose de luz.
Amor dice el murmullo, del agua cristalina, que brota de la fuente.
Amor dice la calma de esta noche tranquila, envuelta en su capuz.
Y amor es esta llama que brota de mi pecho y vuélveme riente.
Amor es ese brillo, y ese temblor suave, que tienen las estrellas.
Amor es el arrullo de voces ya lejanas que llegan hasta aquí.
Diciéndole a la noche sus eternos amores, callando sus querellas.
Y amor dicen los pasos de la mujer que adoro que ya se acerca a mi
Bercimuelle 25 Enero 1941


viernes, 2 de diciembre de 2011

XVIII

¿Ves esa luna que flota
del cielo en la inmensidad
y siguiendo su camino
se va a dormir a la mar?
¿Ves esa estrella que brilla
como en la noche un puñal
y va huyendo de la aurora
porque su luz puede más?
¿Ves al salir de la aurora
como empiezan a cantar
los pájaros, que cautiva
con su risa singular?
¿Ves la cumbre de la sierra
que Apolo empieza a argentar
y la convierte en coraza
de aguerrido capitán?
¿Ves cuantas hojas al árbol
la primavera le da
para que sirva de sombra
al cantor primaveral?
¿Ves cuantas flores al campo
Abril y Mayo le dan
para que igual que una novia
luzca su gala nupcial?
¿Ves al céfiro que mueve
las flores de ese rosal
que a tu lado palidecen
y se quieren deshojar?
¿Ves la cándida paloma
que en tranquilo aletear,
roza las aguas del lago
que semejan un cristal?
¿Ves las aguas cristalinas
por la vertiente rodar,
que vertiéndose en el rio
buscan descanso en el mar?
¿Ves desgranarse en el viento
la armonía celestial
de los pájaros cantores
que invitannos a soñar?
¿Ves la noche tenebrosa
que cual novio en el altar
sobre la silente tierra
tiende su dosel nupcial?
Todo eso ves alma mía,
y no has llegado a mirar
mi corazón traspasado
por un agudo puñal.
Mi corazón que a tus plantas
como rendido galán
te ofrece una vida entera
por un beso nada más.
No ves mi herida sangrante
cual tus labios de coral
que lento me va matando
sin una esperanza hallar.
Dime qué quieres que sea
- si me quieres escuchar -
si no, pediré a la muerte
lo que no me quieres dar.
Ingrata ¿por qué me miras
para hacer que te ame más
si te ríes de mi llanto
sin sentido y sin piedad?
Si tu desdén es muy grande
mi amor lo es mucho más
y siempre sabré quererte
aunque me llegues a odiar.
Bercimuelle, 14 de Diciembre 1943





viernes, 25 de noviembre de 2011

XVII - Acróstico

Tarde tranquila de primavera
Undí mi mente en loco pensar
Mas me distrajo de mi silencio
El rumor vago de una verdad
Hada de cuento me parecía
Ante su rostro no osaba hablar
Riente me dijo: Yo soy la dicha;
A mí me llaman felicidad
Sólo a tu lado esta vez paso
¡Pronto que parto! Y el huracán
Oí silbando que la llevaba
En el momento que la iba a atar
Tú eres lo mismo que mi ventura:
Al ir por ella siempre se va!
Bercimuelle, Noviembre de 1945

viernes, 18 de noviembre de 2011

XVI - Acróstico

Tuve celos del sol porque besaba
Una tarde tu cara de azucena
Me dió celos de muerte, me dió pena:
Él era mas que yo. que te adoraba.
Hirió mi corazón como una hiena
Aquél rayo de sol que te quemaba.
Riente tu semblante me miraba;
Alma sencilla de cariño llena.
Sentíme más que nunca enamorado
Pues eres más hermosa que las flores
O que el sol que tu cara había besado.
En el reino feliz de los amores
Tú la reina serías del bien amado:
A tí sólo cabría rendir honores.
Bercimuelle, 14 de diciembre de 1943


miércoles, 9 de noviembre de 2011

XV - El pastor

En una noche de luna
un pobrecillo pastor
pensaba que con su amor
ya no jugaría ninguna.
Sentado ante su rebaño
que en la red está tranquilo
iba tirando del hilo
del recuerdo de hace un año.
Fué un querer que le causó
doliente y profunda herida
y desde entonces su vida
otro camino siguió.
Aislado en la soledad
del campo con sus dulzuras
contempla noches obscuras
y otras de gran claridad.
Y en los días de primavera
mirando sus corderillos
que saltan como chiquillos
en la verdosa pradera,
su alma tiene la ternura
y la inocencia del niño
y les trata con cariño
hablándoles con dulzura.
Va desgranando su pena
mientras contempla una estrella:
¡Que hermosa, la noche aquella,
era la blanca azucena!
También era noche clara
con luna de blanca faz
y huyó de mi alma la paz
por mirar tanto su cara.
Sus ojos de azul de cielo
eran como los diamantes
de grandes y de brillantes
y era como el sol su pelo.
En sus ojos quedó preso
mi inocente corazón.
¡Y fue tanta la ilusión
que me produjo aquel beso...!
Era su talle gentil,
era altanera y hermosa
como en su tallo una rosa
que mece el aire de Abril.
Era su reir sonoro
como timbre de cristal.
Sus cejas, arco triunfal,
eran más finas que el oro.
Eran largas sus pestañas,
era su boca un clavel
y era más blanca su piel
que nieve de las montañas.
Pero aun con tanta belleza
negro era su corazón,
pero era tal la ilusión
que trastornó mi cabeza.
Y un día en el baile la ingrata
me despertó al desengaño
y me causo tanto daño
que dije: - ¡No hieras: mata!
Que más me valdrá morir
que conocer tu maldad
pues tu loca vanidad
ya no la podré sufrir.-
Más quisiera que hubiese habido
en sus labios un veneno
y me habría muerto sereno
sin sufrir lo que he sufrido.
Que amor es enfermedad
locura y mutilación
pues se pierde la razon
y se sufre de verdad.
De la hiel, el desengaño
nunca hasta entonces bebí,
yo que creía oir el sí
despertéme y vi el engaño.
Yo fui débil, ella fuerte;
en la lucha ella vencía
y quizá con alegría
se burlaba de mi suerte.
Pero ¿qué me importa de ella,
de su risa de cristal,
de sus labios de coral
y de su cara tan bella?
Es más bello un corazón
que ama y sueña con locura
y un alma ideal y pura
que abrase con su pasión.
Hoy, solo el recuerdo triste
me queda, mala mujer
del duro y funesto ayer:
¡piensa bien lo que me hiciste!
De bueno ya no hago alarde
si no te guardo rencor,
aunque la herida de amor
es algo que cura tarde.

Como el perfume en el viento
flota en la noche su voz
y un astro cruza veloz
por el claro firmamento.
La vigilante mirada
tiende sobre su rebaño
y olvidándose del daño
duerme sobre su cayada.
¿En qué soñará dormido
el amoroso pastor?
Si su sueño era de amor
lo desbarató un ladrido
Soñaba que la veía
y que otra vez la adoraba
y con pasión la besaba
diciendo que la quería.
Bercimuelle, 31de Agosto de 1942






lunes, 31 de octubre de 2011

XIII - A una mujer mala

¡Deja que suspire porque te marchaste!
¡Déjame que llore porque te perdí!
¡Deja que me olvide de creer que amaste!
¡Déjame que añore por no verte aquí!
¡Deja y no te importe mi vida o mi muerte!
¡Déjame que olvide en mi soledad!
¡Deja que me duela de mi amarga suerte:
pero solo dime toda la verdad!
Que yo no me explico por qué traicionaste
un amor tan puro como el que sentí
Solamente dime por qué me dejaste
sabiendo que solo viví para tí.
¡Dime que es por otro! No te de reparo
dímelo valiente como yo lo pido;
di que de tu pecho otro amor más caro
arrojó mi amor ya por tí perdido.
Sé conmigo buena: yo no te hice daño.
Yo siempre te quise creyéndote buena;
quítame la venda, dime que era engaño
cuando me decías celosa tu pena.
¿Porqué no me dices -si me has olvidado
para que yo olvide, como hay que olvidar?
¿Quieres que el recuerdo de lo ya pasado
lágrimas ardientes me haga derramar?
¿Quieres que yo sea del recuerdo preso
y que su cadena no pueda romper,
que siempre me queme la boca aquel beso
que una noche negra me causó placer?
Nada me respondes por mucho que inquiero:
¿es que fuí tan malo y te ofendí tanto
que nada te importa,de si por tí muero,
y no me consuelas en mi amargo llanto?
Dime si olvidaste las noches aquellas
cuando enajenados de gozo y de amor
pasaban las horas viendo las estrellas
a las que la luna robaba fulgor.
Mira tu pasado. Recuerda con calma
cuando iluminado veia mi camino
y mi voz ardiente hablaba a tu alma,
alma que era negra igual que mi sino.
¡Yo que era tan libre como el pajarillo
que vuela en el campo, cuando tú viniste,
creyéndote buena, igual que un chiquillo
te entregué mi amor y luego te fuiste!
Y cobardemente oculta en la sombra
fria y por la espalda, me heriste a traicion,
te fuiste con otro,eso no me asombra;
y más te quería, llevabas razón.
Mas quizá mañana, el error probado,
lo que hoy adoras, aborrecerás
y nostalgia sientas de haberte marchado
pero no habrá tiempo de volver atrás.
-------------------------
Ha pasado el tiempo en veloz carrera.
Hoy ya que el olvido sobre mí sus alas
tiende con dulzura, borra mi quimera
y aborrezco en tí las mujeres malas.
Bercimuelle a 2 de Noviembre 1943

viernes, 21 de octubre de 2011

XII - La vida es un corto sueño

La vida no es mas que un sueño
y morir es despertar
¡Cuanto sentimos llegar
y que en vano es nuestro empeño
de siempre en el sueño estar!
Amamos tanto la vida
que nos causa horror la muerte
y nos asimos tan fuerte
a la tierra pervertida
que al vivir llamamos suerte.
La vida es triste reir
que pasa rapidamente
¿por qué pues tan locamente
pensamos que es el morir
un despertar imprudente?
El hombre desde que nace
es juguete del destino
ve siempre obscuro el camino
y entre tinieblas se deshace
aquello que le convino.
Vivimos mientras andamos
y tristemente reímos
y pensamos lo que fuimos
cuando del mundo nos vamos
y nada de él conquistamos.
Vemos que la vanidad
la opulencia y la riqueza
son igual que la pobreza
y vale más la humildad
que el poder y la grandeza
Nada nos queda después
de correr fiestas y orgías
la carrera de los dias
tan vertiginosa es
que mata las alegrías.
Buscamos ciegos el día
andando siempre hacia atrás
y en nuestros pasos jamás
vemos que la luz nos guía
y seguimos más y más.
De la cuna el hombre un día
sale y marcha con torpeza
a ciegas anda y tropieza
cayendo en la tumba fría
olvidando su grandeza.
Bercimuelle, octubre 1942

miércoles, 12 de octubre de 2011

XI - España: Alerta

(18 de julio de 1936)
Ha muerto Calvo Sotelo
el protomártir de España
que por grande y español
lo asesinó la canalla.
Esta vez que se escuchó
aquella triste mañana
fue el resorte que movió
las lenguas de las campanas.
Como el golpe fué tan fuerte
repercutió en las montañas
y el grito de rebelión
se extendió por toda España.
Los falangistas se aprestan
a formar en sus escuadras
como manda José Antonio
y como su honor les manda.
Ya los clarines sonaron
en las tierras africanas
donde hay un Caudillo noble
dispuesto a salvar la Patria.
Y en las crestas militares
de la brava y leal Navarra
los requetés se aperciben
y montan sobre las armas.
Ellos que saben las luchas
del otro siglo de infamias
hoy volverán a luchar
porque se lo ordena España.
Flotan al viento banderas
franja negra en rojo grana
otras con cruz de Borgoña
sobre blancura de alba.
Se unen camisas azules
con las boinas coloradas
unos vienen de Castilla
y otros vienen de Navarra.
Todos con la mano abierta
y una sonrisa en su cara
y una esperanza en el pueblo
¡la de libertar a España!
Todos van por un camino
les alimenta igual ansia
hijos de la misma madre
corren donde les llama.
Tienden la vista a lo lejos
hacia la parte africana
y ven una polvareda
que hacia ellos avanza.
¿Quién por el mismo camino
que nosotros, en España,
se lanza a la dura lucha
dejando cómoda calma?
Ya se acercan, ya ven claro
ven que son las mismas armas
y que traen por bandera
¡la gloriosa roja y gualda!
La que cubrió a tantos héroes
que mirando al sol de cara
morían con una sonrisa
vitoreando a la Patria.
La que con su brillo ingente
de otros pueblos la mirada
hizo bajar hasta el suelo
porque les hería al mirarla.
La que venció al sarraceno
que se resistía en Granada
la que llevó al Nuevo Mundo
la voz y el calor de España .
La que por todos los mares
altiva paseó sus galas
venciendo en Pavía y Lepanto,
en San Quintín y en Italia
Y la que al corso feroz
que la Europa dominaba
demostró que no se juega
con los destinos de Hispania.
Que los leones íberos
cuando levantan su garras
aplastan al miserable
que se atreve a deshonrarla
La que cosechó victorias
dondequiera que ondeaba
y la que aún en nuestros días
conserva su brillo y fama.
Esa es la que ven venir
hacia ellos los que avanzan
y firmes y brazo en alto
se paran a saludarla .
Desde aquel sitio caminan
juntos a salvar a España
van detrás las dos banderas
y al frente la roja y gualda.
Con las camisa azules
y las boinas coloradas
marchan las bravas legiones
del Ejercito de África.
Son muchos y van unidos
llevan sangre bizarra
llevan por guía un Caudillo
que empuña con brío la espada.
En la obscuridad sombría
con su brazo les señala
en un próximo horizonte
el amanecer de España.
Y dice Franco el Caudillo:
- Hay que salvar a la Patria
hay que frenar la carrera
que hacia el abismo la lanza.
Hay que hacer brillar la luz
que unos hombres sin entrañas
convirtieron en tinieblas
para ludibrio de España.
Hay que mostrar la verdad
al mundo entero que engañan
esos sicarios de Lenin
con sus falsas propagandas
Hay que clavar bien la cruz
de donde quieren quitarla
para que por siempre sea
nuestro guía y salvaguardia.
Ya véis que a Calvo Sotelo
le asesinó la canalla
hay que acabar de una vez
con este estado de infamias.
La muerte de aquel patriota
fue la ingente llamarada
que alumbró en la noche obscura
el campo de la batalla.
........
Así hablo aquel general
y electrizó su palabra
a aquellos hombres de acero
que hacia adelante marchaban
Van alegres porque ven
que ya la aurora derrama
su luz por toda la tierra
y gritan ---Arriba España!

Bercimuelle Enero 1941

NOTA: No quisiera que nadie malinterpretase a mi abuelo o le llamase "facha" basándose en esta poesía. Pensad que se escribió en 1941, y por aquel entonces había que tener mucho cuidado con lo que se decía, escribía, o pensaba. Mi abuelo no participó en la Guerra Civil de ninguna manera porque estaba cojo debido a la polio, que sufrió de niño. Esto es algo que le marcó bastante, y que le hizo sentirse un cobarde muchos años después.

lunes, 3 de octubre de 2011

VIII - IX - X (Aventura - Conquista - Misión). Sonetos

VIII

Sobre el lomo encrespado del Atlante
una escuadra pequeña caminaba
y en sus palos al viento tremolaba
de oro y sangre pendón centelleante.
Es el genio de España que adelante
con afán de aventura se adentraba
y su espada brillante desgarraba
un misterio terrible y penetrante.
Y fue aquella aventura la que a España
colocó en lo mas alto de la gloria
y su sol el que de oro la mar baña .
Nuestra raza conserva en la memoria
del pasado feliz, la gran hazaña,
¡pues no hay pueblo de mas brillante historia!

IX

Tiembla la tierra en la noche oscura .
De caballos se siente el galopar
que se mezcla al sonoro redoblar
del tambor que les lanza a lucha dura.
La victoria les pone en una altura,
cuando el sol se empezaba a levantar
a su vista se extiende el ancho mar
cuya espuma le cubre de blancura.
Ya que la tierra conquistado hemos,
conquistemos la mar que es tan preciosa
y en sus ondas azules nos miremos.
Ningún pueblo del mundo hará tal cosa
y al volver a la Patria llevaremos
el tesoro de tierra tan hermosa.

X

En lo claro de un bosque un misionero
sin mas armas o amparo que una cruz
ilumina con viva y pura luz
al indio rudo de semblante fiero.
Entre tantos parece un prisionero.
Con el alma les habla de virtud
y se amansan cambiando de actitud
la vista bajan, de mirar de acero.
Y de hinojos cayendo ante aquel hombre
cuyo acento les llega al corazón,
alababan de Cristo el dulce nombre.
Contemplando sus frutos en sazón,
pide al cielo que el mundo no se asombre,
que mas dió Jesucristo en la Pasión.
Bercimuelle 30 Septiembre 1942

domingo, 25 de septiembre de 2011

VII - A la bandera (Soneto)

Después de muchos días de victoria
al mirarla brillante y altanera
dícele el veterano a su bandera
que tremola nimbada en sol de gloria.
- Tú vas siempre flotando por la altura,
y al compás de cañones y clarines
aguerridos y bravos paladines
por el mundo pregonan tu hermosura.
Eres oro que fulge centelleante
entre dos ríos de sangre generosa
que tiñeron las aguas del Atlante.
Y en tus pliegues sagrados, orgullosa
nuestra historia se encierra rutilante,
defendida por garra valerosa.
31 Agosto 1942

jueves, 22 de septiembre de 2011

VI

Como la mano femenina arranca
mágicas notas a vibrante lira
y en perfumado viento se deshacen
llenándolo de extrañas melodías;
y cual rayo de sol que besa el lago
y se quiebra en sus aguas siempre límpidas
mi corazón se quiebra y se deshace
en la luz de tus ojos, si me miras.
Bercimuelle, 12 Octubre 1943

sábado, 17 de septiembre de 2011

V




Yo quisiera ser rey para ofrecerte
una corona de oro
y a tu lado estar siempre para verte
y en mis brazos tenerte
a tí, por quien me muero y tanto adoro
Bercimuelle, 12 de Octubre 1943

lunes, 15 de agosto de 2011

IV

Vivo se presenta el recuerdo triste
de aquella mañana.
Pálida la luna, sin luz en el cielo,
ya se retiraba
a dormir su sueño sobre el ancho Atlante
de agua sosegada,
y alumbraba el astro del día, con sus rayos,
del bosque las claras.
Y los pajarillos de pintadas plumas,
lo mismo que un arpa,
lanzaban al viento dulces melodías
desde la enramada,
llegaban al alma como una caricia
de amor embargada.
Era el mes de mayo y se abrían las flores
junto a las ventanas.
Estaba con ella junto al arroyuelo
de corriente mansa
y a nuestras canciones de amor y de dicha
nos acompañaba
con triste armonía como lira rota
con llanto de plata
y al marcharse lento sus aguas decían
que me traicionaba .
Yo creí sus celos y sus negros ojos
espejo de alma
que era también negra , como horrible noche
de truenos y agua.
Lo mismo que el vértigo pasaron los días
del tiempo en las alas.
Llegóse el otoño y las golondrinas
que ya se marchaban
llevaron mi dicha, llevaron mi amor,
prendido en sus alas
pues se fue con ellas la linda figura
que yo idolatraba.
Se fue para siempre .Ya no he de volver
en las noches claras,
a estar junto a ella y hablarla al oído
junto a su ventana .
Ella no me dijo en la despedida
lo que meditaba
y yo muchos días aunque vanamente
esperé su carta
y por fin un día, ya si esperarlo,
la carta llegaba.
Fué como un acero, que en hórrida noche
hiere por la espalda,
como un asesino .¡Ay mi corazón
cual se desangraba!
En aquel momento llorar yo quería
pero no hubo lágrimas.
......................................
Hoy que lo recuerdo con tanta agonía
en esta mañana
lágrimas ardientes profundos suspiros
brotan de mi alma .
Gotas de rocío sostiene la hierba
y la tierra empapan;
el sol las calienta y al evaporarse
los pájaros cantan.
Y por mis mejillas las lágrimas ruedan
y el sol que las baña
igual que el rocío que tiene la hierba
las reduce a nada.
Se van con el viento, como secas hojas
que el otoño arranca
de las arboledas .Como los amores
que llegan y pasan.
.................................................
Quise recordarla y cerré los ojos
viéndola tan cándida
que por las pestañas no pasaba luz
y pasaron lágrimas .
Y brotó del pecho un largo suspiro
que salía del alma
y al quedar flotando en el éter vago
terminó en plegaria.
Bercimuelle, 31 Enero 1942

viernes, 29 de julio de 2011

III - A un amor

Soñé una noche que entre mis brazos la aprisionaba,
¡Oh ilusión vana que el amor forja en un desvarío
tan pasajera como las turbias aguas de un río!
y que ya loco besé sus labios que ella me daba ,
y que en sus ojos como esmeraldas yo me miraba
y que arrobada su linda boca dijo:¡Amor mío!

Como una estrella que huye del día se fue borrando
el feliz sueño que en un momento me dio el placer
de entre mis brazos ,de amor rendida poderla ver .
Hora tras hora, la tibia noche se fue pasando...
Pasóse el día, pasóse el tiempo siempre volando...
pero en mi alma creció la rosa de aquel querer
Bercimuelle 15 Mayo 1941

Aprovecho para felicitar a Luís y a Mireia, que se casaron el 23.7

martes, 5 de julio de 2011

II - Profecía


La guerra tendió sus alas
siniestras como la pena
por la ciudad, por el campo
por el llano y por la sierra.
Parece que le han quitado
media existencia a al aldea
sin su juventud lozana
majos en los días de fiesta.
Ya no se siente el cantar
de quien rondaba en la reja
las noches de luna clara
con guitarra y pandereta.
Ni la voz del que en las tardes
a las jóvenes corteja
cuando van por agua al caño
alegres y bullangueras
Él trae aguijada y yunta
en el hombro la chaqueta
y aunque cansado de arar
viendo las mozas se alegra.
Y al entrar en el hogar
donde su madre le espera,
canta y ríe con alborozo
y toda la casa alegra.
¿Por qué no se escuchan ya
aquellas voces camperas,
cuyas canciones, de amor
el alma dejaban llenas?
¿Por qué en vez de mozos fuertes
que antes labraban la tierra
vienen con la yunta ancianos
de plateada cabellera?
La causa la dice un viejo:
¡Sola dejaron la estera,
sola dejaron la yunta,
sola la parva en la era
y se fueron para siempre
a pelear en la guerra!
¡A matarse unos a otros
como si hermanos no fueran
que muchos no volverán
a bailar en la plazuela!
Un gesto sombrío se pinta
en su faz tostada, negra
y en el aire de la tarde
queda como una sentencia
aquella frase, flotando,
que en pocas palabras reza:
¡Se marcharon para siempre,
a matarse como fieras!
..........
Perdidas las esperanzas
el dolor hace profetas.
Y una tarde las campanas
de la iglesia de la aldea
que antes eran volteadas
por los mozos en las fiestas
con lúgubre voz proclaman
la muerte en lejana tierra
del hijo de aquel gañán
de plateada cabellera.
Bercimuelle a 29 de Agosto de 1942

lunes, 13 de junio de 2011

¿Quién era el poeta alfarero? (II)

Lisardo contrajo matrimonio el 4 de Septiembre del año 1948 con Evangelina García, oriunda del Puente del Congosto, un pueblo cercano a Bercimuelle.

Entre 1948 y 1950 sus tres hermanos menores, Pedro, José y Segundo, fueron yéndose a Barcelona, en busca de trabajo. Él se quedó en el pueblo con su padre y su esposa, los tres vivían en la casa que el ayuntamiento tenía para el maestro/a pero al ser estos matrimonio la casa quedaba libre para ser alquilada. Unos años después volvió al pueblo el más pequeño de los hermanos, Segundo, que se casó con una de las hermanas de Evangelina, Toña. Los dos matrimonios y el padre de Lisardo y Segundo vivieron juntos en el pueblo hasta el año 1956.

Durante aquellos años, Lisardo y Evangelina tuvieron 2 hijos, Fermin (nacido el 25 de Septiembre de 1949) y Maria del Carmen (nacida el 17 de Febrero de 1952). Además tuvieron 2 hijos más, un niño que murió a los pocos días de nacer y otra niña que falleció con tan solo 6 meses de edad. Ésta última nació con tan solo doce horas de diferencia con respecto a una hija de su hermano Segundo. A esta sobrina le escribió una poesía en su cumpleaños:

Un angelito en el cielo
Tienes de tu misma edad
Por eso tu tío te quiere
Mucho más que a las demás

En el año 1956, Lisardo, Evangelina y su hijo mayor de 6 años emigraron a Barcelona. La hija menor se quedó en el pueblo con su abuela materna.


En Barcelona vivieron en el piso de uno de los hermanos de Lisardo que estaba casado y con un hijo. En el mismo piso, de menos de 60 m2 vivía también una sobrina de su cuñada y el otro hermano de Lisardo que por aquel entonces estaba soltero. En los 6 o 7 meses de estancia en Barcelona trabajó en una barbería del Somorrostro, mientras que Evangelina trabajaba por horas limpiando en una casa particular. El niño estudiaba en una escuela cercana, aunque enfermaba frecuentemente, motivo por el cual, y por recomendación médica, tuvieron que volver a Bercimuelle.

De vuelta al pueblo Lisardo continuó con su oficio de alfarero, aunque este no era su único trabajo, ya que también cortaba el pelo y afeitaba a los hombres del pueblo en el salón de casa y por si fuera poco los domingos y fiestas hacia de músico en el salón-taberna del pueblo.

Las noches las pasaba cociendo botijos y tiestos hasta el amanecer, echando leña a la boca del gran horno. Sin otra luz que la de las llamas combatía el sueño leyendo un periódico viejo, una novela, un libro o cualquier otra cosa. Aquellas largas noches le sirvieron de inspiración para continuar escribiendo y rimando versos.

En el año 1962, Lisardo emigró a Wiesbaden (Alemania), en busca de trabajo. Sus tres hermanos menores ya llevaban 2 años allí. Allí trabajó de peón en la construcción, vivió en una barraca junto con sus 3 hermanos, dos cuñados y tres primas. Ya durante el primer mes de trabajo en Alemania envió dinero a su mujer, que se había quedado en el pueblo junto con su hermana, los niños y el abuelo. Ese dinero sirvió para que al poco tiempo pudieran comprar una cabra y poco después un cerdo para engordarlo y hacer la matanza.

En Alemania, estuvo 5 años, pero no se olvidó de ningún cumpleaños con sus poesías, entre ellas esta a su hija:

Con alegría sin igual
te dedico en este día
esta bonita postal
Mari Carmen hija mía
y que en tu preciosa edad
tengas la felicidad
que tu padre te desea
para que aunque no te vea
le servirá de contento
verte con el pensamiento
muy feliz y muy dichosa
igual que una mariposa
jugueteando en el viento
volando de rosa en rosa.
Adiós pues y no te olvides de
de ser buena y obediente
aplicada y diligente
para que si algo me pides
pueda darte cariñosamente.

martes, 7 de junio de 2011

I - Duerme tranquilo tu sueño

Sobre la tierra silente y fría
tiende la aurora su róseo manto.
Las ténues sombras desaparecen
y se agazapan en los barrancos.
Errante luna desciende lenta
por la infinita paz del espacio
y las estrellas igual que sueños
de enamorado se van borrando.
Va amaneciendo. Poquito a poco.
Naturaleza va despertando.
En la penumbra camino lento
hacia la tumba de mi paisano.
Triste respeto me embarga ante ella
y una plegaria sale a mis labios;
Duerme tranquilo tu último sueño
entre los pliegues de tu sudario
sin preguntarme por qué a tu tumba
no le pusieron losa de mármol
y aros de piedra con dos coronas
laurel y rosas en sus dos brazos.
Nadie se duele del abandono
que hay en tu tumba sin epitafio
estas tan solo en tu lecho frío
como una imagen en su santuario.
Mi alma y mis ojos miran al cielo
y fervoroso pido a lo Alto,
por tí, que fuiste en las peleas
y las llamadas el voluntario.
Querías la Patria que fuese libre,
que fuese grande, como hace años
cuando las galas de nuestra enseña
por todo el orbe se pasearon.
Nunca temblabas en los combates;
la cara al cielo y el arma al brazo
tú hiciste guardias en las trincheras
que aún se conocen por estos campos.
Por estos valles, donde se observan
las mordeduras y los zarpazos
de las granadas y los cañones,
sembrando muertes por todo el campo,
nadie se acerca, sólo quien sabe
que aquí caíste y te enterraron.
¿No tienes madre? ¿No tienes novia?
¿Por qué tu tumba no visitaron
y en vez de hierba que crece sola
sobre la tierra que no cuidaron,
pusieron rosas para regarlas
entre plegarias con llanto amargo?
Tal vez ignoren que aquí te encuentras.
Quizá tu madre esté suspirando
y por las noches junto al hogar
por su hijo ausente rece el rosario.
Y en sueños sienta, tal vez, tenerte
en dulce arrullo preso en sus brazos
como de niño cuando tu risa
era de rosas y era de nardos.
¿Que hará tu amada que no ha venido
a plantar lirios con blancas manos?
¿Será coqueta que se avergüence
de que su novio era un soldado,
y en vez de pena por tí que has muerto
con risas locas esté bailando
entre galanes de fino porte
que los fusiles no dispararon
e indiferentes vieron la lucha
por la conquista del suelo patrio?
Callé de pronto. Todo era calma.
Fijo en el suelo seguí pensando.
Las hojas verdes de la floresta
las agitaba el céfiro blando;
cuando cesaron en su murmullo
llego a mi oído rumor de pasos.
Febo besaba las altas cumbres,
poniendo en plata, de oro sus rayos
y una bandada de ruiseñores
le saludaban con dulces cantos.
Apresuréme a seguir mi rumbo,
a la caricia de hermoso rayos
y al despedirme de aquella tumba
en lo invisible del éter vago
quedó un suspiro del corazón
y una plegaria quedó flotando:
Sueña tranquilo tu eterno sueño
que no he venido para turbarlo.
Ya me ocultaba en el bosquecillo
que hay a unos metros de aquel ribazo
y una figura toda de luto
con gran sigilo iba llegando.
Era una joven de andar sereno
-carne morena de veinte años-
llevaba un velo sobre su rostro
y un crucifijo de oro en sus manos.
Eran sus ojos como la pena
negros carbones , fuego apagado
Y como el ala de cuervo fúnebre
era el cabello. Lívidos labios
que musitaban una oración,
el crucifijo besaban lacios.
Sobre la hierba, fría de rocío,
que cubre el cuerpo de aquel amado
arrodillada llora en silencio
por sus amores en flor segados.
Hablando a solas en el vacío,
cree que la escucha quien solo es barro:
¿Pensaste acaso que no vendría?
Escucha atento que yo te hablo.
¡Siempre en la vida reímos juntos
Y ahora en la muerte solos lloramos!
Tú eres ceniza; yo soy espectro
que en las tinieblas va caminando;
sé donde moras, voy en tu busca
para fundirnos en dulce abrazo.
No necesito galas nupciales,
quiero un pedazo de tu sudario
para cubrirme que tengo frío.
¡Roto mi sueño vivo expirando!
Dile al Supremo que me prepare
sitio en el cielo junto a tu lado,
que para unirnos muy poco trecho
nos falta ya y voy a salvarlo.
¡Dile que pronto! ¡Que yo no quiero
gozar del mundo, reír bailando,
mientras tu yaces llorando solo
entre las sombras de tu sudario!
Radiante Apolo su vuelo alzaba
entre los picos de plata orlados,
y aquel espectro se levantó
de la fría tumba del ser amado.
Igual que perlas era el rocío....
Ella sin verme siguió sus pasos,
y sus suspiros y su agonía
eran el canto más funerario,
eran coronas, eran la cruz
y eran las letras del epitafio.
Cuando mi vista puse en la tumba
ya la doraban del sol los rayos

Bercimuelle a 27 de agosto de 1942

Esta es una de las poesias que más me gustan de él. No puedo leerla entera sin que me flojee la voz y se me salten las lágrimas.

martes, 10 de mayo de 2011

XIV - Fantasía y realidad


Cuantas veces he soñado
que alegre te sonreías
por que estabas a mi lado.
Que en mis brazos te tenía
y mirándome en tus ojos
que te amaba te decía.
Que con fuerza te estrechaba
y sentía tu corazon
que junto al mío palpitaba.
Y otras veces que ya loca
y traspasada de amor
florecía un beso en tu boca.
Que por los campos corrían
nuestros cuerpos inocentes
y que las rosas se abrían.
Que siendo dintintos seres
nuestras almas se fundían
en una sola. Porque eres
lo que yo más quiero
pues me fascinan tus ojos
que brillan como un lucero.
Ayer tuve un sueño hermoso
junto a tu lado pisaba
un jardín maravilloso
lleno de árboles y flores
con jazmines y jacintos
de delicados colores,
rosas blancas y amarillas
alelíes, tulipanes
y rientes fuentecillas.
Y entre el color de las flores
y la hierba se mezclaban
los trinos de ruiseñores.
Y perfumaba el aliento
la fragancia de las flores
que se deshacía en el viento.
También las cerezas
coloradas como sangre
rozando nuevas ramas.
Que una de ellas la cojiste
y acercándote hasta mí
en tu boca la ofreciste.
La fruta se confundía
con el carmín de tus labios
y en tus labios se mecía.
¡Que yo mi boca acerqué
y dejándote  la fruta 
beso ardiente te robé! 
Dulce sonrisa tu cara
ruborosa iluminó;
¡ay que belleza mas rara!
Los pajaros se posaban
en las ramas junto a tí
y al vernos reir cantaban.
Aquel sueño se borró;
pero aunque sólo fue un sueño
¡cuánta impresión me causó!
Hoy no es cariño,es pasión
aquel fuego que en mí ardía,
y me abrasa el corazón


Bercimuelle, Enero de 1941

martes, 5 de abril de 2011

Quien era el poeta alfarero?

Febrero 1941

El poeta-alfarero, Lisardo Aparicio Jiménez nació en el pueblo de Bercimuelle (Salamanca) de una familia humilde en Agosto de 1922. Su abuela materna pertenecía a una familia de letras (un hermano y una hermana habían sido maestros escolares)y a ello era debido que en la casa había libros, que de niño ya aprendió a leer e hicieron nacer en él la afición a la poesía que se vió incrementada años mas tarde ya en su juventud. A los 9 años quedo huérfano de madre y por ello vivieron con su padre y sus abuelos  maternos.
Una de las poesías narra la tarde que allá en el cementerio escribió sobre aquella madre que les abandonó tan pronto. En su juventud tuvo ardientes y apasionados amores platónicos que quedaron bien plasmados en sus poesías.
La Guerra Civil del 36 al 39 y aquél ambiente que crearon las fuerzas de la España azul que luchaban contra la España roja propiciaron también varias poesías donde quedó bien patente el patriotismo de que estaban imbuídos la mayoría de los que estábamos en la llamada España nacional.
Al finalizar para él la escuela, que entonces era cuando se cumplían los 14 años, día 6 de julio del 36 en los albores de la guerra acudió con otros dos compañeros de  clase a un pueblo cercano donde se celebraron
los primeros exámenes  de estudios primarios .Obtuvo el certificado que le hubiese valido para poder estudiar, pero la guerra desvió aquello por el camino de siempre, sólo estudiaba el que tenía dinero aunque no tuviera vocación por las letras.
Así pues en vez de estudiar, tuvo que  aprender el oficio de la alfarería, para en aquellos difíciles tiempos de la guerra y la posguerra poder subsistir así trabajando y leyendo lo que podía pasaron aquellos años negros.
A partir de los 20 años fue cuando empezó a escribir sus versos, cuando aquel primer amor que sintió tan profundamente en el alma , hizo surgir en él aquella poesía tan lírica y tan romántica así siguió siempre, como un romántico impenitente, leyendo cuanto podía de aquellos clásicos de antes y de después del Siglo de Oro de nuestra literatura y de otros, si tenía la suerte de que cualquier obra cayera en sus manos.

Lisardo  Aparicio Jiménez

De su propio puño y letra.